No apaguéis al Espíritu
1 Tesalonicenses 5:19.
No apaguéis al Espíritu
1 Tesalonicenses 5:19.
Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Romanos 12: 17-19.
- Algunos casos tendrán que ser resueltos por las autoridades, no cabe la menor duda.
- El deber de los creyentes es ser pacificadores. Jesús dijo: doblemente dichosos los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios. ( Mateo 5:9)
- Los cristianos a veces no sabemos esperar la obra de Dios en quienes nos dañaron, sino que apresuramos la venganza, desgastándonos nosotros mismos.
- Debemos aprender a pasar por alto, y orar por quienes nos ofenden.
- Si estuviera en nuestras manos, debemos estar en paz con todos los demás.
- Debemos permitir, que el Dios del cielo, cuyos ojos rodean toda la tierra tome cartas en cada asunto de nuestra vida.
- Recordemos, que nosotros por algún tiempo con nuestro pecado ofendimos a Dios, y El nos perdonó pasando por alto los tiempos de nuestra ignorancia.
- Alrededor de nosotros, hay muchos niños, hijos, sobrinos que aprenden de nuestras acciones. Enseñemos el ser limpios de corazón, el ser afables y en hacer bien cada vez que tengamos oportunidad.
Pastor Randall Gamboa.
Cuando la soberbia del hombre llega hasta el cielo.
Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.
Genesis 11:3-7.
Su insolencia le condenó, su temor le salvó.
Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte? Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo». Lucas 23: 40-41.
El espíritu abusador y manipulador de Diótrefes en la iglesia de hoy.
Escribí algunas líneas a la iglesia, pero Diótrefes, a quien le encanta ser el primero entre ellos, no nos acepta. Por eso, si voy, no dejaré de reprocharle su comportamiento, pues con palabras malintencionadas, habla contra nosotros solo por hablar. Como si fuera poco, ni siquiera recibe a los hermanos y a quienes quieren hacerlo, no los deja y los expulsa de la iglesia.
3 Juan 9-10
Terrible situación en la que se encontró el anciano Juan (apóstol de Jesucristo) en algún momento de su vida. La iglesia del primer siglo avanzaba según la promesa de Jesús sobre ella.
Los apóstoles habían sido buenos administradores del misterio de Cristo, y la iglesia crecía en cada lugar en donde se enviaban obreros.
El anciano Juan (como el mismo se llamó), le había escrito a la Iglesia en su primera carta, a la señora elegida en su segunda carta y ahora en su tercera carta le escribe a Gayo, pero con algunas líneas condenables a la conducta espiritual de un hombre llamado Diótrefes que había perdido ya el espíritu correcto de un servidor de Cristo.
¿Pero quien era Diótrefes y que hacía?
Por alguna razón, en su momento válida, Diótrefes le correspondió cuidar una parte de la iglesia. Pero aquel hombre rápidamente olvidó el carácter que debía tener un buen pastor.
La biblia no menciona nada de su nombramiento. Lo que si sabemos es que era un insolente, irrespetuoso a la autoridad de Juan, y detuvo la obra de Dios por su inhospitalidad hacia los demás hermanos.
Estamos delante de un problema que no es nuevo, como siempre hemos dicho, el liderazgo de la iglesia esta en manos de hombres y mujeres que mañana cambian.
Diótrefes se convirtió en manipulador, egocéntrico, hablador, calumniador, posesivo, abusador, inhospitalario, rebelde, vanidoso, controlador y "dueño de la iglesia", desviándose del verdadero llamado que debe tener todo líder y pastor.
En un verso tan corto Juan acusa a Diótrefes de 6 cosas:
Solos en la batalla, pero fortalecidos en Dios.
Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas, más David se fortaleció en Jehová su Dios.
1 Samuel 30:6
Para ponernos en contexto, David tenía algún tiempo de estar huyendo de Saul, el rey loco que pretendía su muerte.
David, que para aquel entonces aún no era rey, halló gracia en medio de su huida delante del rey Aquis, filisteo, que le otorgó una aldea llamada Siclag donde David, sus 600 hombres y todas su familias pudieran morar.
Un día cuando David y sus hombres regresaron a su aldea, se enteraron que los hombres malos de Amalec habían prendido fuego a toda la aldea, se habían llevado a todos los hijos de los hombres de David, y también a sus esposas, incluyendo las mujeres del mismo David, dejando un panorama desalentador y triste en la aldea de Siclag, lugar que había servido de refugio para el futuro rey y sus 600 valientes.
Entonces sus amigos hablaron de apedrear a David.
Si, los mismos que lo buscaron en la cueva para que aquel fuera su líder, hoy lo querían matar. ( No era para menos, pues la frustración se apoderó de ellos).
Pero nadie encontraba una respuesta en el momento de la crisis, entendiendo que la aldea ardía, las tiendas estaban en el suelo, y se han llevado a las familias cautivas.
Y es aquí donde la vida nos enseña que hay dos tipos de personas, o mejor dicho, es aquí donde la Biblia nos enseña claramente la diferencia que hay entre los hombres de Dios, los amigos de Dios, y los que no saben reaccionar ante las crisis.
Dice la Biblia, que cuando la gente hablaba de apedrear a su líder, a su amado David, aquel pastorcillo de ovejas se fortaleció en Jehová su Dios.
Su entendimiento no se nubló, su miedo no lo dominó. David se acordó de todas aquellas victorias que Dios le había hecho acumular. No se desesperó, sino que en medio de las voces de lloro, la angustia y dolor de los 600 hombres, David buscó al Señor.
Aquel David, consultó a Dios, el Señor le respondió, y salió a recuperar el botín preciado que le había arrebatado. Su reacción fue acertada, la respuesta no la encontró en sus cercanos.
Oyó David el consejo de Dios, y puso manos a la obra.
Los 600 recuperaron la fuerza al ver a David. Siguieron a su líder y fueron tras sus familias. Declinaron 200, pero David siguió con 400. El había escuchado a Dios, y estaba decidido a regresar con todos los cautivos.
Así fue, David valientemente recuperó todo y más, el joven líder hizo desaparecer la angustia con su buen carácter. Inspiró a su gente, y les mostró que en Dios se halla fortaleza.
¿Y nosotros?
El principio bíblico del primer libro de Samuel esta intacto para nosotros. Aunque no somos David, y no vivimos en una aldea, y no se hayan llevado a nuestros hijos, Dios quiere mostrarnos algo muy importante hoy.
El creyente y la navidad.
Vivamos sin avaricia, y estemos contentos
Hebreos 13:5
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, porque el dijo: No te desampararé ni te dejaré. de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador, no temeré...
A la verdad el autor de hebreos escribe una seguidilla de consejos en el capitulo 13 a los cristianos que recibirían pronto esta carta.
Les dice que se mantengan en amor, que cuiden el matrimonio, que se acuerden de sus pastores y que no dejen de hospedar a otros. Pero ahí mismo, les pide que sus costumbres sean sin avaricia, y que estén contentos con las cosas que Dios les ha dado.
La avaricia es la necesidad desmedida y absurda de poseer o adquirir cosas por el solo placer de tenerlas y atesorarlas, y no compartirlas con nadie.
Parece irónico que las personas grandes, corrijan a sus hijos pequeños para que compartan sus juguetes con sus amiguitos, pero ellos mismos son mezquinos y tacaños con sus amigos, vecinos o familiares.
Esto no es tema menor. Entiéndase que las costumbres con avaricia destruyen a las personas, y les provoca una gran insatisfacción, porque su sistema nervioso periférico se vuelve esclavo de las cosas, y son presos de adquirir, conseguir, comprar, tener a cualquier precio.
¿Pero que nos quiere enseñar la Biblia de esto?
El libro de hebreos dice que quienes conocemos a Dios, debemos abandonar costumbres que nos lleven a acumular, y atesorar cosas. También dice que debemos estar contentos con lo que tenemos ahora sabiendo que Dios es quien nos ayuda y nos sostiene en medio de la necesidad.
Ya Pablo le había escrito a Timoteo, ( 1Timoteo 6:8) escribiéndonos a nosotros también según la providencia de Dios, en la primera carta que debíamos estar contentos al tener ropa y comida, porque quienes querían enriquecerse podían caer en trampas muy peligrosas que los llevaría a perderse y ser traspasados por muchos dolores.
¿Pero como puedo aprender el contentamiento?
El contentamiento se aprende al entender que las cosas materiales no son tan importantes como las eternas. Eso lo hace la obra del Espíritu de Dios en nuestra vida cuando nos enseña que debemos ver más a Cristo Jesús que las cosas que perecen.
Además, el Espíritu Santo nos enseña que hay personas a la par mía que están en mayor necesidad que nosotros mismos, y que lo que Dios nos ha puesto en la mano, bien puedo compartirlo con los demás.
Por otro parte, la Biblia dice que la vida del hombre no consiste en la abundancia de bienes que tenga ( Lucas 12:15). Estos tres puntos nos deben llevar a la reflexión de cuanto valor tienen en mi corazón las cosas, antes que compartir con los demás y así cumplir la ley de Cristo.
No importa la época en donde nos encontremos, si es entrada de clases, o es un día festivo, o si es época de navidad, o tiempo de regalos, el acumular o atesorar cosas nos enferma, y nos arrebata la gran dicha de compartir y regalar a los demás. ( Este artículo no se refiere a desperdiciar, o carecer de buen orden económico).
Hace unos días me dirigí a la iglesia que pastoreamos y les dije lo importante que es estar contentos con lo que tenemos, o mejor dicho con lo que Dios nos ha dado, y también de saber que Dios generalmente pone en nuestras manos dos panes, uno para mi familia y otro para compartir. No guardemos pan, porque se puede llenar de moho.
Seamos generosos, y echemos de nuestras vida costumbres llenas de avaricia, Dios no nos desamparará y tampoco nos dejará.
"Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar" 1 Timoteo 6:7
Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti. Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella. Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete. Y ella le respondió: No hay razón; mayor mal es este de arrojarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oír, sino que llamando a su criado que le servía, le dijo: Échame a esta fuera de aquí, y cierra tras ella la puerta. 2 Samuel 13:12-17.
La oveja 100 fue hallada y hubo gozo
"que pena dan los 99 justos"
Lucas 15:1-7
Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
La paràbola de la oveja perdida, se desprende de un momento de murmuraciòn que hicieron los fariseos y los escribas en contra de Jesùs por recibir y comer con aquellos hombres a los que ellos mismos denominaban pecadores.
Como era de esperar, Jesùs no los dejarìa sin lecciòn ni escuela. El aprovecharìa la hipocrecìa de aquellos para relatar una de las mejores historias de amor de parte de Dios a aquellos que estando en el redil, un dìa tomaron otro rumbo para encontarse lejos del cuidado de su buen pastor.
Jesùs abre con una buena pregunta la paràbola al cuestionarles ¿que hombre de ustedes...?. Ya lo habia hecho varias veces cuando "rompiò" el dìa de reposo al sanar a los enfermos y preguntarles que si era licito sanar o dar vida en el dìa de reposo, a lo que nunca respondieron.
Ahora era, ¿que hombre de ustedes si tienen 100 ovejas y se le pierede una, no va a buscarla?.
La ceguera religiosa de aquellos se habìa acentuado tanto tanto, que eran incapaces de ver en los pecadores una oportunidad para amar, ayudar, sanar y mostrar la misericordia de Dios.
Jesùs si podìa hacerlo, El era el amor de Dios encarnado, El era la respuesta de los desfavorecidos, El era en aquel momento el pastor que darìa la vida misma por los pecadores.
A Jesùs no le costaba sentarse a comer con los pecadores, las prostitutas o los publicanos. A veces siento que El se sentìa màs còmodo al compartir con ellos, porque estos no tenìan nada que esconder. Eran tan sinceros y tenìan tanta sed de la verdad, a diferencia que quienes murmuraban.
La insensatez religiosa habìa llegado a extremos clasistas, a circulos impenetrables, y a orgullos super-inflados que les hacìa creer que Dios era para ellos, y para nadie màs.
Jesùs les enseñò lo contrario.
Jesùs con la paràbola estaba diciendo que el reino de los cielos, o su casa estaba màs cerca para quienes tenìan necesidad de arrepentimiento y se alejaba de aquellos que se sentìan tan seguros de su falsa condiciòn espiritual.
Pero que dicha que apareciò el Hijo de Dios justo a tiempo, para hacer que el cielo salte de alegria y el gozo vuelva a la casa de Dios, despuès de ver que un pecador se ha arrepentido.
Jesùs no solo comìa y recibìa a los pecadores, sino que los salvaba y los colocaba en una posicion de gracia y de justificaciòn delante de su Padre celestial. cosa que no podìa hacer con los "99 justos que eran tan santos, y que no podìan enredarse en las mesas con las ovejas sucias y perdidas". Que pena que daban.
Ellos tambien estaban perdidos y sucios, pero los vestidos que conseguìan en sus templos tapaban su inmundicia y ocultaban su pecado.
Jesùs mismo les dio a entender que eran como los sepulcros blancos, que por fuera se veìan tan bonitos y limpios, pero por fuera estaban llenos de podredumbre y olìan mal.
¿Que nos enseña Lucas 15:1?
No los escuchen, pues alimentan con vanas esperanzas, y hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Dios.
«Por tanto, estoy contra los profetas», declara el Señor, «que se roban Mis palabras el uno al otro. Estoy contra los profetas», declara el Señor, «que usan sus lenguas y dicen: “El Señor declara”. Estoy contra los que profetizan sueños falsos», declara el Señor, «y los cuentan y hacen errar a Mi pueblo con sus mentiras y sus presunciones, cuando Yo no los envié ni les di órdenes, ni son de provecho alguno para este pueblo», declara el Señor. Jeremías 23:30-32
Pareciera que no quiere pasar de moda esta farsa de los profetas mentirosos y engañadores dentro de nuestras iglesias.
Y bueno, como decía mi abuelita, mientras haya gente que compre siempre habrá gente que venda. Es increíble que después de tanto desastre que han provocado aquellos "iluminados" o "iluminadas" con sus profecías, el pueblo de Dios siga pensando que el juego de las palabras proféticas es veraz.
Hay algunas cosas que se combinan para seguir creyendo en el jueguito de las palabras proféticas, el "siento de parte de Dios", "estoy viendo", "Dios me puso", las visiones personales, y los sueños de aquellos que se auto-denominan profetas de Dios.
Y digo que se auto-denominan profetas de Dios, porque ninguna autoridad eclesiástica seria los ha avalado, empezando por ahí.
Estas cosas pueden ser: un abandono completo del estudio serio de la bendita palabra de Dios, una personalidad extremadamente carismática, una auto percepción de escogida o iluminada en comparación con el resto de la iglesia, y una desobediencia e in-sujeción a mis lideres y pastores inmediatos. Explicaremos cada una.
1. Un abandono completo al estudio serio de la palabra de Dios.
Es la característica mayor. Entre más lejos este de la palabra, más expuesto esta el falso profeta a este tipo de conducta condenable. ¿Porque? Por que desconoce la revelación escrita de Dios.
Ignora que la forma profética del Antiguo Testamento estaba muy relacionada con el pueblo de Israel, y que aquellos no tenían la revelación de Dios completa como la tenemos hoy en la persona de Cristo.
Además muestran una seducción desmedida por el don de aquellos hombres de Dios, pero no se sienten atraídos por el temor y la santidad de los profetas que caían de rodillas ante Dios.
Detrás de esta atracción por la profecía, esta el reconocimiento de los demás, ser objeto de asombro, y ser invitado para seguir dando "palabritas".
Si usted ha estado cerca de algunos de esos hombres y mujeres, que andan viendo cosas, profetizando y dando palabras con base a sueños, rápidamente se dará cuenta que no manejan bien la palabra de Dios, e incluso ni saben buscar los libros de la Biblia. Saben poco o nada del evangelio, y se presentan como super espirituales, al "poseer" los últimos designios del cielo en su boca.
2. Una personalidad extremadamente carismática:
Estas personas generalmente poseen una personalidad que llama la atención. Son amables, a veces extravagantes y en su boca siempre hay palabras de prosperidad, bienestar, éxito, y en su lenguaje abunda "cosas más grandes". A la verdad, ¿Quién pondría atención a una reprensión de Dios?
Anhelan ser vistos, reconocidos y tener mucha solicitud. En la iglesia donde les ignoran, salen huyendo pues "no reconocen al profeta de Dios", y buscan muy rápido una iglesia donde su lugar sea sublime.
3. Una autopercepción desmedida:
Los y las profetas de hoy, se auto perciben como sobresalientes al resto de la iglesia sin que lo digan. Pudiera que le suene familiar estas frases: "es que a mi Dios me habla a cada rato", "anoche Dios me despertó porque me quería decir algo", " Dios puso en mi corazón esto y no puedo callarlo", "Dios me ha estado dando una palabra...", y aunque pertenezco al grupo de pastores que acepta que Dios puede hacer todo lo anterior, también creo que lo haría con personas que tienen intima comunión con El, y son muy distintas en su carácter cristiano a los "payasitos cristianos" de los que hablamos. Así como Elías y Jeremías eran tan distintos a los profetas falsos y comprados, de su época.
Esta auto percepción de ser el profeta de Dios, es de carácter altivo y soberbio. Para estos ni siquiera es importante la buena exposición bíblica del púlpito de su pastor, pues su espíritu alborotador y removido no le permite escuchar con atención la voz de Dios.
Generalmente no recuerdan la predicación del servicio dominical, pues su corazón no esta con la palabra de Dios, sino que son fuertemente atraídos por lo sobrenatural, por lo místico, lo misterioso, y hasta lo oculto sin percatarse que pueden estar pisando terrenos de oscuridad.
Su fuerte atracción por lo sobrenatural y la profecía que acaba de sentir para dar a otros, les hace ser personas que nunca tienen paz, generan muchos problemas con los demás, promueven los chismes, y son los candidatos #1 en dividir las iglesias por sus "revelaciones".
Además cuando son confrontados, y acusados de mentirosos, dicen que nosotros no entendimos, que no fue eso lo que Dios habló, o que Dios en su divina voluntad cambió de parecer.
Son tan atrevidos que cuentan cuando acertaron una profecía, y hasta la publican porque se auto promocionan también, pero esconden las 99 fallidas.
4. Desobediencia a sus pastores inmediatos:
La característica más visible de todas. No se sujetan, tratan de poco espirituales a sus pastores, y andan diciendo que en aquella iglesia no creen en los dones.
Se les olvida decir que si creemos en los dones, pero no en la charlatanería. Son personas que navegan en diferentes iglesias. Hay casos donde una profeta de estas ha estado en 5 iglesias en período de un año. Si la iglesia que esta visitando y sus líderes no se rinden a los pies de su "ministerio profético", salen hablando mal de aquella congregación y de su pastor.
No soportan la firmeza pastoral. Son espantados por los liderazgos serios y llenos de palabra, y su comunión es con los simples, con aquellos que creen a todos sus desvaríos.
Para terminar, su tarea es desordenar la fe de los creyentes, traer falsas esperanzas en casos de salud, hijos, matrimonio, entre otros, Además confunden la interpretación de la biblia, someten a los nuevos a creer en el mover espiritual más que en la palabra de Dios, y echan a perder el buen orden de muchas iglesias.
Dios nos ayude a reconocer a los profetas de Dios, y a reprender a los que usan la profecía para jugar con la fe de los demás.
Pastor Randall Gamboa Guillén.
San José CR. randallgambo20@yahoo.com
No apaguéis al Espíritu 1 Tesalonicenses 5:19. Cuando el apóstol Pablo escribe a los hermanos de Tesalón...