sábado, 17 de diciembre de 2022

 El divorcio y los cristianos.

Pastor: Randall Gamboa Guillen

Jesús dijo: "Así que no son ya más dos, sino una sola carne, por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre." Mateo 19:6. 



La gente puede referirse a las rupturas matrimoniales desde la posición que guste. De todas formas esa es una de las ventajas que tenemos los seres humanos, el expresarnos.

Algunos expresan su criterio de divorcio desde su experiencia, otros lo hacen desde lo aprendido en su cultura, y otros desde su buena o mala educación de familia.

Por ejemplo es más fácil pensar en la opción del divorcio, si he convivido en un núcleo familiar donde la ruptura es normal. Pero si he crecido en una ambiente familiar donde el divorcio no es el camino viable, seguramente lucharé por mantenerlo.

¿Pero que dice la Biblia del divorcio? ¿Qué piensan las nuevas generaciones cristianas de tal acción? ¿Qué tan conservador o liberal puedo ser respecto al divorcio? ¿ Que enseño Jesús acerca de romper el matrimonio? ¿Cómo reconciliar la imagen que Dios tiene del matrimonio con la imagen que tiene el hombre caído? Para responder iremos por partes.

La escritura desde el principio ha dado evidencia de que los planes de Dios para el matrimonio son serios y estables. Dios desde su santidad y su propósito puso en el edén a una pareja perfecta, Génesis 1:27

Lo anterior hace que lo que nosotros como hombres pensemos o hagamos del matrimonio no sea ni tan objetivo, ni tan absoluto, y más bien este muy por debajo de la realidad del matrimonio que Dios creó. 

La biblia es veraz, objetiva y absoluta, nosotros no, porque el pecado que mora en nosotros nos ha nublado para ver y entender la perfección de Dios y su creación. Y si la Biblia dice que el hombre y la mujer dejarían a sus padres para unirse y ser una sola carne, ( Génesis 2:24) debe ser así, y si no lo es, es por nuestra naturaleza pecaminosa y caída.

Recordemos que en Deuteronomio 24:1, cuando Moisés otorga la carta de divorcio a aquellos hombres que encontraban en sus esposas faltas o aspectos indecentes como lo menciona la palabra de Dios, se daba en un contexto de necedad del hombre gracias a su pecado y su desobediencia, según el mismo Jesús dijo casi 1500 años después, en el texto de Mateo 19, y Marcos 10. 

Entonces podemos pensar, que la decisión de Moisés de entregar carta de divorcio a aquellos que la solicitaban por ver defectos en su relación matrimonial se dio desde la autoridad civil y espiritual que ejercía el líder de Israel y no exactamente desde la aprobación y autoridad de Dios. 

Siempre he sido de los que piensan que Dios otorga autoridad, pero no pasa todo el día corrigiendo a sus siervos por su trabajo.

Es bueno que hagamos esta separación, porque algunos cristianos hoy en día pueden llegar a pensar que lo que nuestras autoridades civiles avalen, o lo que algunos lideres religiosos  aprueben lo hacen desde el permiso de Dios, cuando en realidad no es así.

De hecho, Jesús confirma tal postura en Mateo 19:4 al contestar la perversa pregunta y mal  intencionada de los religiosos que hicieron sobre el divorcio, y el dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo; Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne, por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

Pero en Mateo 19: 7 insisten aquellos religiosos delante de Jesús que Moisés otorgó carta de divorcio a aquellos que repudiaban a sus conyugues. Jesús dice que fue por la dureza de corazón que Moisés avaló el divorcio.

Entonces podemos pensar desde el texto bíblico que una cosa es la voluntad de Dios para el matrimonio, otra la que Moisés decidió por la dureza de corazón del hombre, y otra es lo que enseñó Jesús o confirmó Jesús acerca del matrimonio.

  1. Dios no esta de acuerdo con el divorcio.
  2. Moisés dio carta de divorcio por la necedad de los hombres.
  3. Jesús dijo que lo que Dios unió que no lo separe el hombre.

Las nuevas generaciones cristianas no solo son hijos de Dios, sino que también lo son de la época liberal en la que viven. Eso hace que en ocasiones los cristianos también se divorcien por las mismas cosas que lo hacen los que viven ajenos a la vida de Dios.

Se debe hacer un paréntesis obligatorio para dar razón justificada a algunas personas que aman a Dios y han tenido que optar por el divorcio por razones obvias. En honor a la verdad hay cosas muy difíciles que hacen imposible el convivir con aquella persona. 

Por ello, los cristianos aún se debaten en posiciones ultra conservadoras y liberales. En las familias cristianas se discute mucho el justificar un divorcio, o en el insistir pelear por la relación matrimonial. De todas maneras, ambas tendrán que ser explicadas delante de nuestro Dios un día. 

Lo que si es cierto es que un hombre cristiano y una mujer cristiana debe luchar por su relación matrimonial en todas sus áreas, siempre y cuando las luchas estén dentro de la normalidad de un matrimonio.
Los cristianos no podemos pensar en una ruptura por cualquier diferencia, o por cualquier desavenencia, en realidad tal situación nos esta demandando amor, consideración, compañerismo y paciencia, no botar el matrimonio por la borda.

En Cristo Jesús, no hay nada que no podamos superar juntos. Para eso mismo apareció el hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo y darnos victoria en el matrimonio. 1 Juan 3:8.

Se debe renunciar a la individualidad, al egoísmo personal, y al egocentrismo moderno que hace que una persona diga: "me voy a divorciar porque no era lo que yo esperaba", o "me voy a divorciar porque no me siento bien con el o ella", o " voy a separarme porque siento que ya no hay amor", pues tales afirmaciones muestran claramente el egoísmo personal de aquellas personas.

El divorcio nunca dejará de ser algo muy duro, difícil y vergonzoso en ocasiones. Es una decisión que generalmente hace sentir mal no solo a los conyugues, sino que también a los hijos nacidos dentro de esa relación. Desestabiliza el hogar, asesina todos los planes y proyectos que había dentro de la familia, y le sigue una serie de conflictos que en ocasiones duran años en arreglar. Provoca un gasto enorme para los estados, quiebra las relaciones entre los parientes cercanos pues no se puede botar a la basura como se bota una foto, un historial entre parientes y genera muchas inseguridades, miedos y temores en aquellos que sufren las separaciones. ( Ya dijimos que en general sucede lo anterior, habrán excepciones).

Los cristianos podemos reconciliar el plan de Dios desde el génesis hasta hoy, caminando en su voluntad y en obediencia a la palabra. Invitando a Cristo siempre a tomar el timón de nuestro barco matrimonial. Aunque los hombres seguimos siendo pecadores y con una naturaleza pecaminosa, podemos caminar en victoria si dejamos que nuestro Señor Jesucristo dirija nuestra casa. Mateo 7:24-25.












jueves, 1 de diciembre de 2022

 Cuando el árbol crece, es fuerte y su copa llega hasta el cielo.

El orgullo de los siervos de Dios.

Pastor Randall Gamboa Guillén.


El libro de Daniel, en el capitulo 4, narra la historia de la locura de un hombre que vivió por algún tiempo, semejante a las bestias del campo debido a su soberbia como el mismo lo escribe en el hermoso libro del profeta Daniel.

Si. Nabucodonosor relata este pasaje, escribiendo: Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa...           ( Daniel 4:4). Aquel rey babilonio escribe este texto para exaltar la grandeza de Dios a la par de la pequeñez y soberbia de los hombres, aunque estos sean de linaje real o no.

El sueño del rey, que iba acompañado de visiones e imaginaciones que le turbaban en gran manera, hizo que de nuevo llamara al amado Daniel, hombre de Dios, fiel en su fe y de buen testimonio ante las autoridades de Babilonia, para contarle tal cual era el sueño y que el hebreo pudiera mostrar la interpretación.

Un árbol, fuerte, que crecía, su copa llegaba hasta el cielo y que podía apreciarse desde todos los confines de la tierra, era la visión de Nabucodonosor. Además añade que su follaje era hermoso y su fruto abundante que alcanzaba para alimentar a todos los habitantes de la tierra, ( versos 10,11,12). Pero a la vez el mismo rey en aquellas visiones lograba ver como un vigilante santo descendía del cielo, y daba la orden de derribar aquel árbol y de cortar sus ramas para dejarlo en desolación y humillación.

Evidentemente la visión del árbol grande se refería a un hombre, pues la sentencia del vigilante era cambiar el corazón de hombre por un corazón de bestia. Daniel 4:16. Aquel hombre no era otro que el mismo que recibió la visión, el mismo rey de Babilonia, el gran rey lleno de poder y de fuerza, de belleza y dominio que debía atender el consejo de Daniel quien le dijo que el Altísimo era aquel vigilante que lo pondría en su lugar botando su soberbia y altivez al dejarlo como un animal sino prestaba atención, y atribuía toda grandeza y gloria al Único que la merecía.

Doce meses después, olvidando aquel consejo, e ignorando la grandeza y la omnipotencia del Dios verdadero, y paseándose sobre su palacio y atribuyéndose gloria a su majestad vino una voz del cielo que le quitaba el reino y su cordura, su elegancia y su brillo para dejarle como un animal que se paseaba en los patios de su gran reino durante 7 tiempos.

Que gran horror para la familia del rey Nabucodonosor, ver como su padre o esposo era apacentado como un buey más, ( Daniel 4:32), y que su habitación sería como la de un animal salvaje o doméstico.

Y es que, si quisiéramos guardar la distancia del texto bíblico del antiguo testamento con nuestro tiempo, para pensar que eso no podría suceder de nuevo, posiblemente nos equivocaríamos.

Las locuras se siguen dando. Porque las soberbias y el orgullo de los hombres se siguen viendo en todas las esferas de la sociedad, y los servidores de Dios, los ministros del Señor no han podido escapar de tales aires de grandeza que confunden y al final dejan como bestias extraviadas a quienes caen en el lazo del poder ministerial.

Jesús, dijo en San Marcos 10:45 que el hijo del hombre no había venido para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Respuesta que tuvo que dar a algunos de sus discípulos que pretendían gloria al lado del mismo Señor.

La grandeza sigue siendo una atracción apetecida por las nuevas generaciones que nacen en nuestras iglesias. Las luces siguen siendo un atractivo para quienes empiezan a servir, y quienes han iniciado una carrera desmedida por los primeros y reconocidos lugares dentro del cuerpo de Cristo.

Peor aún, cuando aquello no se consigue, provoca una apatía y desilusión en gran escala al punto que muchos de los que empezaron a servir a Dios, cuando ven que aquella "promoción" no se da, abandonan y dejan de caminar con el Señor.

Desde cualquier parte que lo quisiéramos ver, desde el inicio de la creación el orgullo ha separado la intina relación que los hombres han tenido con Dios, y como consecuencia, su soberbia les ha castigado duramente siendo visible a todos los demás.

En muchos años de caminar con Dios, posiblemente quienes lean este artículo fácilmente puedan recordar a alguien que se ha llenado de soberbia y que no le ha ido bien. Dios mismo nos ha dejado ver testimonios bíblicos como el de Saúl, el de Amán, o el del rey Manasés entre otros, como también en nuestro tiempo hombres y mujeres de Dios que se dejaron llenar de soberbia, y que la copa de su árbol logró gran altura para que aprendamos la humildad y así evitar el dolor de aquellos que se gloriaron a si mismos.

Que no sea así entre los que servimos a Dios. Mantengamos nuestra posición de siervos, seamos fieles en dar la gloria a Quien corresponde. No dejemos que las muchas ocupaciones nos hagan pensar que yo soy muy importante. Si nuestro follaje, o nuestra copa se hace grande, puede aparecer el Vigilante del cielo para dar una orden, y quedaríamos muy expuestos a la humillación.

Que sea nuestra oración siempre servir a Dios con sencillez, humildad y carácter de siervo delante del Dios a quien servimos.



Pastor Randall Gamboa Guillén.

San José CR. 1 de Diciembre 2022.















El mal profeta Balaam sentado hoy en nuestra iglesia. Pastor Randall Gamboa Guillén.

 El espíritu y la doctrina de Balaam dañando a la iglesia. He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prev...