miércoles, 20 de septiembre de 2023

Soñe, soñe... Dicen los falsos profetas usando Su Nombre.

 No los escuchen, pues alimentan con vanas esperanzas, y hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Dios.

«Por tanto, estoy contra los profetas», declara el Señor, «que se roban Mis palabras el uno al otro.  Estoy contra los profetas», declara el Señor, «que usan sus lenguas y dicen: “El Señor declara”. Estoy contra los que profetizan sueños falsos», declara el Señor, «y los cuentan y hacen errar a Mi pueblo con sus mentiras y sus presunciones, cuando Yo no los envié ni les di órdenes, ni son de provecho alguno para este pueblo», declara el Señor. Jeremías 23:30-32


Pareciera que no quiere pasar de moda esta farsa de los profetas mentirosos y engañadores dentro de nuestras iglesias.

Y bueno, como decía mi abuelita, mientras haya gente que compre siempre habrá gente que venda. Es increíble que después de tanto desastre que han provocado aquellos "iluminados" o "iluminadas" con sus profecías, el pueblo de Dios siga pensando que el juego de las palabras proféticas es veraz.

Hay algunas cosas que se combinan para seguir creyendo en el jueguito de las palabras proféticas, el "siento de parte de Dios", "estoy viendo", "Dios me puso", las visiones personales, y los sueños de aquellos que se auto-denominan profetas de Dios. 

Y digo que se auto-denominan profetas de Dios, porque ninguna autoridad eclesiástica seria los ha avalado, empezando por ahí.

Estas cosas pueden ser: un abandono completo del estudio serio de la bendita palabra de Dios, una personalidad extremadamente carismática, una auto percepción de escogida o iluminada en comparación con el resto de la iglesia, y una desobediencia e in-sujeción a mis lideres y pastores inmediatos. Explicaremos cada una.

1. Un abandono completo al estudio serio de la palabra de Dios.  

Es la característica mayor. Entre más lejos este de la palabra, más expuesto esta el falso profeta a este tipo de conducta condenable. ¿Porque? Por que desconoce la revelación escrita de Dios.

Ignora que la forma profética del Antiguo Testamento estaba muy relacionada con el pueblo de Israel, y que aquellos no tenían la revelación de Dios completa como la tenemos hoy en la persona de Cristo.

Además muestran una seducción desmedida por el don de aquellos hombres de Dios, pero no se sienten atraídos por el temor y la santidad de los profetas que caían de rodillas ante Dios.

Detrás de esta atracción por la profecía, esta el reconocimiento de los demás, ser objeto de asombro, y ser invitado para seguir dando "palabritas".

Si usted ha estado cerca de algunos de esos hombres y mujeres, que andan viendo cosas, profetizando y dando palabras con base a sueños, rápidamente se dará cuenta que no manejan bien la palabra de Dios, e incluso ni saben buscar los libros de la Biblia. Saben poco o nada del evangelio, y se presentan como super espirituales, al "poseer" los últimos designios del cielo en su boca.

2. Una personalidad extremadamente carismática:

Estas personas generalmente poseen una personalidad que llama la atención. Son amables, a veces extravagantes y en su boca siempre hay palabras de prosperidad, bienestar, éxito, y en su lenguaje abunda "cosas más grandes". A la verdad, ¿Quién pondría atención a una reprensión de Dios? 

Anhelan ser vistos, reconocidos y tener mucha solicitud. En la iglesia donde les ignoran, salen huyendo pues "no reconocen al profeta de Dios", y buscan muy rápido una iglesia donde su lugar sea sublime.

3. Una autopercepción desmedida:

Los y las profetas de hoy, se auto perciben como sobresalientes al resto de la iglesia sin que lo digan. Pudiera que le suene familiar estas frases: "es que a mi Dios me habla a cada rato", "anoche Dios me despertó porque me quería decir algo", " Dios puso en mi corazón esto y no puedo callarlo", "Dios me ha estado dando una palabra...", y aunque pertenezco al grupo de pastores que acepta que Dios puede hacer todo lo anterior, también creo que lo haría con personas que tienen intima comunión con El, y son muy distintas en su carácter cristiano a los "payasitos cristianos" de los que hablamos. Así como Elías y Jeremías eran tan distintos a los profetas falsos y comprados, de su época.

Esta auto percepción de ser el profeta de Dios, es de carácter altivo y soberbio. Para estos ni siquiera es importante la buena exposición bíblica del púlpito de su pastor, pues su espíritu alborotador y removido no le permite escuchar con atención la voz de Dios.

Generalmente no recuerdan la predicación del servicio dominical, pues su corazón no esta con la palabra de Dios, sino que son fuertemente atraídos por lo sobrenatural, por lo místico, lo misterioso, y hasta lo oculto sin percatarse que pueden estar pisando terrenos de oscuridad. 

Su fuerte atracción por lo sobrenatural y la profecía que acaba de sentir para dar a otros, les hace ser personas que nunca tienen paz, generan muchos problemas con los demás, promueven los chismes, y son los candidatos #1 en dividir las iglesias por sus "revelaciones". 

Además cuando son confrontados, y acusados de mentirosos, dicen que nosotros no entendimos, que no fue eso lo que Dios habló,  o que Dios en su divina voluntad cambió de parecer.

Son tan atrevidos que cuentan cuando acertaron una profecía, y hasta la publican porque se auto promocionan también, pero esconden las 99 fallidas. 

4. Desobediencia a sus pastores inmediatos: 

La característica más visible de todas. No se sujetan, tratan de poco espirituales a sus pastores, y andan diciendo que en aquella iglesia no creen en los dones.

Se les olvida decir que si creemos en los dones, pero no en la charlatanería. Son personas que navegan en diferentes iglesias. Hay casos donde una profeta de estas ha estado en 5 iglesias en período de un año. Si la iglesia que esta visitando y sus líderes no se rinden a los pies de su "ministerio profético", salen hablando mal de aquella congregación y de su pastor.

No soportan la firmeza pastoral. Son espantados por los liderazgos serios y llenos de palabra, y su comunión es con los simples, con aquellos que creen a todos sus desvaríos.

Para terminar, su tarea es desordenar la fe de los creyentes, traer falsas esperanzas en casos de salud, hijos, matrimonio, entre otros, Además confunden la interpretación de la biblia, someten a los nuevos a creer en el mover espiritual más que en la palabra de Dios, y echan a perder el buen orden de muchas iglesias.

Dios nos ayude a reconocer a los profetas de Dios, y a reprender a los que usan la profecía para jugar con la fe de los demás.


Pastor Randall Gamboa Guillén.

San José CR. randallgambo20@yahoo.com











No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cuando llamamos bendición a lo que no es...

La mal llamada bendición de Dios. la trampa del consumismo La bendición del  Señor  enriquece a una persona      y él no añade ninguna trist...