miércoles, 15 de noviembre de 2023

LA FUERZA DE LA PERVERSION. Pastor Randall Gamboa Guillen.

 EL odio con que la aborreció, fue mayor que el amor con que la había amado.

Pastor Randall Gamboa Guillen
La fuerza de la perversión.

Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti. Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella. Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete.  Y ella le respondió: No hay razón; mayor mal es este de arrojarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oír, sino que llamando a su criado que le servía, le dijo: Échame a esta fuera de aquí, y cierra tras ella la puerta. 2 Samuel 13:12-17.


                  Una de las cosas que más amo de la Biblia, es que ella, y sus hechos históricos e inspirados no ocultan nada acerca del carácter de  Dios y mucho menos del carácter del hombre, por cierto una de las buenas razones para creer en la palabra de Dios.

            Pero sus episodios más oscuros, como la violación sexual que se encuentra en el pasaje leído arriba de 2 Samuel 13, hecha por Amnón hacia su media hermana, siguen siendo lecciones con letra grande para que el pueblo de Dios observe con mucho cuidado como una bajeza tan inmoral y perversa puede salir del corazón de un hombre.

           Amnón era un muchacho privilegiado, hijo del rey David. No podemos decir mucho de Amnón, pero si sabemos que nació en Hebrón y era su primogénito, (2 Samuel 3:2). 

           La historia de este hijo de David, nos vuelve a decir que la obsesión indebida y dar rienda suelta a una perversión puede enfermar el corazón de cualquiera, no importa en la época que le corresponda vivir. EL pecado y la bajeza del hombre se ha visto desde el edén hasta hoy.

          Dice la palabra de Dios que Amnón se enamoró de su hermana Tamar, y al saber que era una joven virgen y hermosa le angustió hasta enfermarlo. El quería tomar como mujer a su hermana a cualquier precio. Se añade a esto el mal consejo de un amigo cercano llamado Jonadab, astuto por cierto, que al ver a Amnón muy delgado de figura y enfermo le preguntó el porque, contándole aquel la angustia que tenía por Tamar.

        La trampa se dio, Amnón se acostó en su cama enfermo y le dijo a su padre el rey que le pidiera a su hermana Tamar atenderlo con comida. Cuando aquella joven llegó, le sirvió, y el ansioso hombre desenfrenado sacó de su habitación a sus servidores para abusar física y sexualmente de su hermosa hermana, en un acto vil y aberrante de parte del hijo del rey.

       Después que Tamar le pidiera no hacerlo, y diciéndole que pidiera su mano a su padre pues no se la negaría, aquel se hizo el sordo, sin limite y con abuso de poder tomó por la fuerza a Tamar. El verso 15 dice que después que termino, la odió. Y también agrega el libro de Samuel que el odio fue mayor que el amor que le tenía. ¿Pero como explicar esto?.

     Permítame compartir algunas cosas que creo nos pueden ayudar a entender:

           EL pecado del hombre tiene muchas caras. Algunos pecados y hábitos son parte de la vida de aquellos que caminan ajenos a la vida de Dios. Podemos decir que algunos pecados entran en una categoría de normalidad, si lo podemos decir así.

         Algunos otros pecados son mucho más dominantes que otros, y la fuerza y el vigor que el hombre le entrega a aquel deseo o desenfreno, hace que tal sentimiento hacia el pecado no tenga un límite. Aquello puede crecer, puede ir siendo engendrado de manera intencional, y llega el momento donde la única salida que tiene aquel desorden emocional y enfermizo es consumarlo, no importa el precio, se debe consumar.

         Lo anterior es muy típico en el tema sexual, en donde lo prohibido, lo condenable y lo inusual  se torna atractivo dominando la mente, el corazón, el alma y las emociones de aquellos que ya no saben como frenar tal desvarío.

         Amnón miró a su hermana, se obsesionó con ella, se cegó perdiendo de vista a muchas otras mujeres, y fue prisionero y esclavo de un deseo prohibido que consumó sin haber podido disfrutar un segundo lo hermoso que trae el afecto físico y sexual cuando se hace dentro del orden de nuestro Dios.

              Amnón al terminar su aberración en contra de su hermana, inmediatamente se dio cuenta que no era amor, sino un egoísmo de satisfacción personal que le había hecho su esclavo, y que en realidad le bastó unos minutos para menospreciar a su linda hermana, quien ahora tenía que luchar con una deshonra de por vida. Terrible situación para la muchacha.

         Su pecado lo llevó a la muerte. Dos años después fue asesinado por los criados de Absalón su hermano, quien desde aquel día del abuso buscaba tomar venganza en su manos.

         Entonces podemos decir que:

  • El pecado sexual es una trampa que después de consumado trae vergüenza, dolor.
  • El desenfreno sexual e inmoral, hace que cuando el hombre sea dominado por este descubra que tal sentimiento no existía, sino que era una ilusión diabólica para hacerle caer.
  • La fornicación y el adulterio siguen siendo una trampa, y una obsesión necia que lleva al hombre y a la mujer a la ruina, a la desgracia, a la deshonra y a la vergüenza familiar.
  • Los consejeros hemos sido testigos, de cuantas veces los sentimientos de los novios cambian del uno al otro, al haber cedido al pecado sexual, incluso terminando muchas veces las relaciones de noviazgo después de haber dado su intimidad física.
  • Cada acto inmoral tendrá su consecuencia. Proverbios dice que es muy difícil que su afrenta o vergüenza sea borrada.
  • Debemos insistir con nuestros hijos, y también con los matrimonios cristianos de que vale la pena con la ayuda del Espíritu Santo tomar control de toda emoción salida de lugar, y todo sentimiento que no va dentro del orden de Dios para poder vencer en el nombre de Jesús.
  • Cuando alguien este siendo dominado por un sentimiento de estos, debe rápidamente buscar ayuda y reconocer que alguien le puede acompañar respecto a deseos desenfrenados, que deben de ser puestos en su lugar.
  • Tales pasiones, y obsesiones siempre llegarán a la vida de los creyentes, pero debemos someterlos en obediencia a Cristo, como también Cristo Jesús pudo vencer sometiéndose en oración a su Padre, quien le fortaleció en el día difícil.
Que Dios nos de victoria.
Pastor Randall Gamboa.





          


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